Los observadores de aves han contabilizado hasta 4 especies diferentes en la zona de les goles entre Burriana y Almassora
Un otoño más el Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares gestionado por los ayuntamientos de Almassora, Burriana, Vila-real, la Diputación de Castellón y la Generalitat Valenciana se está convirtiendo en una zona húmeda repleta de sorpresas. En esta ocasión la extrañeza está protagonizada por las aves rapaces en proceso de invernada o en periodo de migración hacia el continente africano. El Grupo de Estudio y Protección de las Rapaces (GER-Ecologistas en Acción) ha contabilizado en la zona baja de la desembocadura del río Mijares, en la gola sur, entre las poblaciones de Burriana y Almassora hasta 4 especies diferentes de rapaces: dos ejemplares de aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus), concretamente un macho y un individuo joven, 2 ejemplares de ratonero occidental (Buteo buteo), 4 cernícalos comunes (Falco tinnunculus) y 5 águilas calzadas (Hieraaetus pennatus). «Hemos visto un número elevado de águilas calzadas para la época que estamos y el lugar donde se produjo como es la desembocadura del Mijares, una zona húmeda pequeña. Vimos 5 águilas calzadas que en principio ahora en noviembre es un poco extraño porque es un ave estival que pasa el invierno en África. Esta rapaz, poco a poco, ha ido quedándose y empieza a invernar en zonas húmedas españolas que antes no lo hacía. Pero aparte del número de individuos que hemos contabilizado, que es importante, también hay que destacar que de las 5 calzadas observadas, 3 eran de una fase de coloración oscura. La fase oscura en esta especie es una rareza, ya que es de un 20% del total de la población. El 80% de la especie es de fase clara. Los ejemplares con plumaje claro lucen una tonalidad casi blanca en las partes ventrales. Es decir, ver 3 águilas de coloración oscura, en el mismo lugar y al mismo tiempo, es una observación muy llamativa», indicó el presidente de GER, Josep Bort. Esta segunda quincena de noviembre el Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares es una zona de paso y descanso para muchas rapaces que se encuentran en periodo de invernar hasta el próximo mes de febrero cuando volverán a sus lugares de cría. Muchas de las rapaces que estos días visitan la desembocadura del Mijares provienen del norte de Europa. Estas aves se desplazan de zona húmeda en zona húmeda dependiendo de la cantidad de comida que tengan a su alcance y también de la tranquilidad que ofrezca el paraje. «Durante los meses de noviembre y diciembre las rapaces utilizan la desembocadura del Mijares para alimentarse y descansar. Están aquí porque es donde más alimento encuentran. Hay muchos recursos tróficos porque se junta al mismo tiempo, la invernada de pájaros como muchas clases de fringílidos que también utilizan estas zonas para descansar, invernar y comer. Las rapaces se alimentan de estas pequeñas aves que están concentradas en les goles del Mijares, el prat de Cabanes-Torreblanca o el marjal de Almenara», detalló Bort.
Más de 40 años estudiante rapaces
El Grupo para el Estudio de las Rapaces (GER-Ecologistas en Acción) hace más de 40 años que sigue las poblaciones de rapaces y otras clases de aves en la desembocadura del río Mijares. Durante estos años han sido testigos de numerosas sorpresas ornitológicas. «Hemos visto culebreras (Circaetus gallicus), águilas pescadoras (Pandion haliaetus) ratoneros, cernícalos comunes, incluso hemos fotografiado ejemplares juveniles y en dispersión de la amenazada águila perdicera (Aquila fasciata). También hemos visto rapaces marcadas en países del norte de Europa. El Mijares para ser un lugar tan pequeño, es una zona húmeda de sorpresas», finalizó explicando el presidente de GER.