El Instituto Valenciano de Arte Moderno ha presentado la muestra ‘Materia, espacio y tiempo. Julio González y las vanguardias ‘, una exposición que ofrece una nueva visión sobre la colección de Julio González de la institución, una de sus señas de identidad, y que coincide con el 30º aniversario del museo.
Para el director del IVAM, José Miguel García Cortés, “esta exposición es un disfrute para los sentidos y una forma de descubrir la riqueza y la variedad de la colección del IVAM”. “Los planteamientos de Julio González nos permiten entender todo el arte del siglo XX”, ha destacado el director del IVAM al comenzar la presentación.
La exposición, comisariada por Sergio Rubira, José Salvador y Irene Bonilla, “sitúa Julio González como un artista fundamental que incorporó los lenguajes de las vanguardias de su época y, al mismo tiempo, fue capaz de crear un estilo propio” , destacó Irene Bonilla.
La muestra reúne pinturas, dibujos, esculturas y orfebrería de Julio González, junto con una selección de obras de otros autores coetáneos representados en la colección del IVAM, como Pablo Picasso, Manolo Hugué, Joan Miró, Kurt Schwitters, Sophie Taeuber-Arp, Pablo Gargallo, Jean Arp, Constantin Brancusi, Luis Fernández, Joaquín Torres-García, Alexander Calder, Jean Hélion, Jacques Lipchitz o David Smith. Además, la muestra cuenta con un amplio despliegue documental procedente del archivo del
La muestra sigue un orden cronológico empezando en la Barcelona de 1900, donde nació Julio González, para continuar en París recogiendo los primeros relieves del artista y su capacidad de manipular la soldadura de hierro para aligerar las esculturas. “David Smith definió Julio González como el primer maestro de la escultura del hierro”, explicó Sergio Rubira.
En las salas centrales descubrimos la década de evolución e investigación en el campo de la escultura (1928-1937) de Julio González, “un periodo en el que, en sus escritos, Julio González habla de unir materia y espacio, como cuerpo y alma “, comentó José Salvador.
Es precisamente en estos años cuando París recupera su posición estratégica en el cruce de las diversas tendencias vanguardistas y la obra de Julio González se abra a una abstracción más orgánica. “Esta parte de la muestra relaciona el trabajo de Julio González con artistas como Pevsner, Kupka o Sophie Taeuber-Arp”, matizaron los comisarios.
La última sala de la exposición pone el foco de atención en 1937, cuando Julio González participa en dos manifestaciones fundamentales: por un lado, denuncia el drama de la guerra con su ‘Montserrat’, que presentó en el pabellón republicano español de la exposición Universal de París, mientras que la escultura ‘Mujer ante el espejo’ se presentó en una exposición en el Jeu de Paume de París y se convertiría en una de sus obras icónicas. “Una escultura de carácter figurativo como ‘Montserrat’ frente a un trabajo casi de abstracción como es ‘Mujer ante el espejo”, destacó Sergio Rubira.
“La exposición muestra como Julio González fue capaz de recorrer las vanguardias y participar de los debates y grupos artísticos de la época,