Dicen que los meses sin “r” son los mejores para tomar el sabroso molusco, junio, julio y agosto” se presentan como ideales para degustarlos en sus múltiples versiones.
Los de Valencia no son mejillones cualquiera, pues desde 2008 tienen Denominación de Origen y se reconocen con el distintivo de “Clòtxina de València”. Y ¿Por qué “clòtxina”? se estarán preguntando, porque es la palabra valenciana que significa “mejillón”. De tamaño inferior al de otras zonas de España y de sabor más concentrado e intenso, no lo confundan con otros porque este es especial.
Para encontrarlos, basta con acercarse a los puestos de pescadería de cualquiera de los 35 mercados de la ciudad o sentarse a la mesa de las múltiples terrazas y salones de los bares y restaurantes.
Y otras que también se cultivan ya en Valencia son las ostras, los más sibaritas ya las pueden encontrar en mercados como el de Mosén Sorell o en establecimientos de la ciudad. Aliñadas con limón y servidas con hielo nos transmiten todo el sabor del Mediterráneo.