El retraso en la respuesta política levanta críticas mientras los municipios afectados siguen recuperándose
Han pasado ya varios meses desde la DANA que golpeó la Comunitat Valenciana el pasado 29 de octubre, pero la polémica por la gestión del Gobierno autonómico sigue lejos de apagarse. El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, no respondió la primera llamada de Emergencias hasta las 17:37 horas, cuando el centro de crisis ya llevaba más de media hora en marcha y los municipios afectados estaban comenzando a inundarse.
Ahora, con el relato completo sobre la mesa, la pregunta es inevitable: ¿fue simplemente descoordinación o hubo negligencia en la gestión?
Tarde y sin contacto con los municipios afectados
Los datos oficiales lo dejan claro: el Cecopi se activó a las 17:00 horas, con la participación de la Generalitat, el Gobierno central y los equipos de Emergencias. Pero Mazón no llegó hasta casi las 19:45, cuando la situación ya se había descontrolado en varias localidades.
“Fue una locura”, admite un técnico que estuvo presente en la sala. “No había información clara de Presidencia, y la consellera de Emergencias, Salomé Pradas, intentaba contactar con él sin éxito”.
Mientras tanto, en localidades como Alzira y Carcaixent, los vecinos improvisaban diques con sacos de arena y recogían sus pertenencias más valiosas antes de que el agua lo destrozara todo.
“La alerta a los móviles llegó tarde”, se queja Ana, vecina de una de las zonas más afectadas. “Nos enteramos antes por el grupo de WhatsApp del pueblo que por el aviso oficial”.
Un listado de llamadas que no convence
Para defenderse de las críticas, Mazón presentó en Madrid un registro de las llamadas que realizó esa tarde. Según su versión, habló con la consellera de Emergencias en varias ocasiones, además de con su equipo de Presidencia y el presidente de la Diputación de Valencia.
Sin embargo, hay un detalle difícil de explicar: en la lista no aparecen llamadas a los alcaldes de los municipios más afectados.
“El alcalde de Utiel se enteró por la prensa de que Mazón decía haberle llamado”, comenta una fuente municipal. “Pero nunca recibió esa llamada”.
El único alcalde con el que habló directamente fue el de Cullera, y ni siquiera mencionaron la situación de la DANA. El resto de sus contactos fueron con miembros de su partido o con su equipo de comunicación.
Una imagen debilitada y un partido dividido
Si algo ha dejado claro esta crisis es que Mazón no atraviesa su mejor momento dentro del Partido Popular. Su intervención en Madrid, donde intentó lavar su imagen, no contó con la presencia de Feijóo, Ayuso ni Catalá, un gesto que muchos interpretan como una señal de distanciamiento.
“La sensación es que está cada vez más solo”, apunta un analista político. “Si su liderazgo se tambalea en una crisis como esta, ¿qué pasará cuando vengan retos aún mayores?”.
¿Qué hemos aprendido de esta crisis?
Lo ocurrido con la DANA deja varias lecciones pendientes:
📌 La falta de comunicación interna fue evidente. Si la consellera de Emergencias no podía localizar al president en plena crisis, algo falló gravemente.
📌 El aviso a la población llegó tarde. La Generalitat debe revisar sus protocolos para garantizar que las alertas sean más rápidas y efectivas.
📌 Mazón priorizó el relato político sobre la gestión. Presentar un listado de llamadas incompleto y evitar responder a las críticas no cambia los hechos.
Al final, la gran pregunta sigue en el aire: ¿qué pasará cuando llegue la próxima emergencia?
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