Con la proximidad de las Fallas, el Ayuntamiento de València ha puesto en marcha un ambicioso plan de protección del patrimonio histórico de la ciudad. Este proyecto, liderado por el concejal de Cultura, José Luis Moreno, busca garantizar la seguridad y conservación de edificios emblemáticos y monumentos ante posibles actos de vandalismo durante las fiestas. Los trabajos de vallado estarán finalizados para el próximo 4 de marzo, fecha en la que comenzará la instalación de carpas y verbenas.
Un Protocolo Proactivo para Preservar el Legado Histórico
El protocolo aprobado recientemente establece una serie de medidas destinadas a proteger tanto Bienes de Interés Cultural (BIC) como Bienes de Relevancia Local (BRL). Según Moreno, esta iniciativa no es nueva, pero sí se ha ampliado significativamente: “Hemos incrementado el número de edificios protegidos desde hace dos años, incluyendo este año nuevos espacios como la Iglesia de los Santos Juanes y Covetes de San Juan, la Torre de San Bartolomé y otros puntos susceptibles de sufrir actos incívicos”.
Este plan surge tras un exhaustivo estudio previo sobre el vandalismo en las fiestas falleras, especialmente durante las noches. El Servicio de Patrimonio Histórico ha identificado “puntos negros” donde se han registrado más incidencias en años anteriores. Con base en estos datos, el protocolo se ha diseñado como un documento flexible que podrá adaptarse cada año según las necesidades detectadas.
Medidas Específicas para Cada Tipo de Bien Patrimonial
El protocolo abarca diversas categorías de bienes históricos:
- Edificios y Monumentos: Se instalarán vallas protectoras alrededor de lugares clave como la Lonja de Mercaderes, las Torres de Serranos y Quart, la Catedral, la Almoina, el Mercado Central y la Iglesia de los Santos Juanes. Estas barreras evitarán daños causados por actividades cercanas como verbenas o disco-móviles.
- Esculturas y Elementos Ornamentales: Además de los grandes monumentos, también se protegerán esculturas, placas y otros elementos decorativos que posean valor histórico-artístico.
- Restricciones Urbanísticas: Para preservar la integridad de ciertos espacios, se han prohibido actividades específicas:
- No se permitirá la ubicación de puestos que emitan humos cerca de museos o salas de exposición, ya que estos pueden afectar negativamente la conservación de obras de arte.
- En áreas de visualización crítica, como frente a la Lonja, la Catedral o las Torres de Serranos y Quart, no se colocarán contenedores ni urinarios temporales.
- Seguridad Reforzada: La Lonja de Mercaderes, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, contará con un servicio adicional de seguridad privada para vigilar su perímetro durante las fiestas.
Objetivos Claros: Convivencia entre Patrimonio y Fiestas
Moreno destacó que el objetivo principal del protocolo es “lograr una convivencia armoniosa entre nuestras tradiciones falleras y el cuidado del patrimonio”. Reconoció que las Fallas son una celebración vibrante que atrae a miles de personas, pero subrayó la importancia de respetar y proteger los tesoros históricos que definen la identidad de València.
Además, explicó que este protocolo servirá como base para futuros eventos, asegurando que cada año se mejore y adapte según las experiencias acumuladas: “Queremos que este sea un proceso continuo de aprendizaje y protección”.
Colaboración Ciudadana, Clave para el Éxito
El concejal hizo un llamado a la responsabilidad colectiva: “Es fundamental que todos los valencianos y visitantes colaboren en la protección de nuestro patrimonio. Pequeños gestos, como no tirar basura cerca de monumentos o respetar las zonas valladas, hacen una gran diferencia”.
Conclusiones
El inicio del vallado del patrimonio histórico de València marca un hito en la gestión responsable de las fiestas falleras. A través de este protocolo, el Ayuntamiento demuestra su compromiso con la preservación de los tesoros culturales de la ciudad, mientras fomenta la celebración de una de las festividades más importantes del calendario valenciano. Con la colaboración de todos, será posible disfrutar de unas Fallas llenas de alegría sin comprometer el legado histórico que define a València.
Mientras los preparativos avanzan, queda claro que la protección del patrimonio no solo es una cuestión de infraestructura, sino también de conciencia social. Solo así podremos garantizar que generaciones futuras puedan admirar y disfrutar de la riqueza cultural que caracteriza a esta ciudad única.
