Sudáfrica pone en riesgo la citricultura valenciana nuevamente
Una amenaza recurrente para los cítricos de la Comunitat Valenciana
La citricultura valenciana vuelve a estar en el punto de mira tras la alarmante denuncia sobre la importación de cítricos procedentes de Sudáfrica contaminados con mancha negra. Esta situación, que ya ha encendido las alarmas entre agricultores y organizaciones del sector agrario, podría tener consecuencias devastadoras para una de las principales producciones agrícolas de España.
La Unió Llauradora, asociación representativa del sector, ha advertido sobre el creciente riesgo de introducción de la enfermedad conocida como ‘mancha negra’ (Phyllosticta citricarpa), una plaga fúngica altamente contagiosa que afecta a diversas variedades cítricas. Considerada de cuarentena por la Unión Europea, su detección en las importaciones sudafricanas puede comprometer toda la industria citrícola valenciana.
¿Qué es la mancha negra y por qué es tan peligrosa?
La mancha negra de los cítricos es causada por el hongo Phyllosticta citricarpa, y se manifiesta como una serie de lesiones negruzcas en la piel de los frutos. Afecta negativamente tanto la calidad comercial del fruto como su productividad, al reducir drásticamente el valor de las cosechas. Aunque no representa un riesgo para la salud humana, sí implica pérdidas económicas millonarias.
- Reduce la vida útil de los cítricos tras la cosecha.
- Disminuye la calidad estética de frutas destinadas al consumo de exportación.
- Prolifera con rapidez en climas templados con alta humedad, como el mediterráneo.
Este patógeno no solo afecta a la fruta, sino a la imagen de calidad que distingue a los cítricos valencianos en los mercados internacionales. Su llegada podría acarrear cuarentenas, cierre de fronteras comerciales y la pérdida de clientes estratégicos en Europa.
La denuncia: Sudáfrica incumple los protocolos fitosanitarios
En lo que va de 2024, ya se han registrado 57 rechazos en puertos europeos a cargamentos de cítricos procedentes de Sudáfrica por presentar síntomas evidentes de mancha negra. Sólo en el mes de mayo, fueron 22 los casos detectados, evidenciando una falta de rigor en el sistema fitosanitario sudafricano.
Según las organizaciones agrarias, las autoridades europeas deberían imponer restricciones inmediatas a las importaciones citrícolas desde Sudáfrica para frenar el riesgo de introducción del hongo en la Península. El actual protocolo de actuación se considera insuficiente e ineficaz, ya que pese a las alertas, los controles permiten que fruta infectada siga entrando en el continente.
Reacciones del sector agrario valenciano
Desde La Unió Llauradora i Ramadera, se exige una respuesta firme y urgente por parte de las autoridades comunitarias. Su secretario general, Carles Peris, insta a la Comisión Europea a aplicar el principio de “riesgo cero” para importaciones procedentes de países con antecedentes persistentes de enfermedades fitosanitarias.
Peris ha declarado: “Es incomprensible que se siga permitiendo la entrada de cítricos sudafricanos sabiendo los riesgos fitopatológicos que representan. Es una amenaza para nuestro ecosistema y nuestra economía rural”.
Impacto económico y medioambiental en el campo valenciano
La Comunitat Valenciana lidera la producción de cítricos en España, aportando más del 50% del total nacional. La introducción de enfermedades como la mancha negra puede suponer un auténtico golpe devastador a la economía agrícola regional.
Consecuencias económicas previstas
- Pérdidas de millones de euros en exportaciones.
- Desempleo entre trabajadores agrícolas valencianos.
- Aumento de los costes fitosanitarios para prevenir y erradicar la plaga.
Riesgo medioambiental
La introducción de un hongo como Phyllosticta citricarpa puede obligar al uso intensivo de fungicidas, contaminando suelo y aguas. Esto contradice las políticas europeas de sostenibilidad y reducción del impacto ambiental en la agricultura.
¿Por qué se permite la llegada de cítricos infectados?
Una de las críticas del sector es la falta de reciprocidad en las exigencias comunitarias frente a terceros países. Mientras los productores europeos deben acatar estrictos protocolos sanitarios, medioambientales y laborales, países exportadores como Sudáfrica aprovechan huecos legales o controles laxos para seguir ingresando sus frutos, aunque estén infectados.
Controles insuficientes en origen
Sudáfrica se compromete cada campaña a cumplir normas estrictas de exportación, pero la reincidencia indica fallos estructurales en su sistema de inspección. Desde 2020 hasta la fecha, ha encabezado la lista de países con más rechazos por plagas en cítricos.
Juegos comerciales desiguales
- Europa prioriza acuerdos económicos sobre la seguridad fitosanitaria.
- Existe una asimetría en las normativas: lo que se exige al producto europeo no se impone a terceros países.
- Se minimizan los daños potenciales ante el temor de disputas comerciales internacionales.
¿Qué solicita el sector citrícola valenciano?
Ante este panorama, organizaciones agrarias, cooperativas y cientos de productores exigen medidas concretas.
Propuestas clave de los agricultores valencianos
- Suspensión temporal de importaciones de cítricos sudafricanos hasta que se garantice control sanitario pleno.
- Endurecimiento de los protocolos de inspección en puertos europeos.
- Imposición del tratamiento en frío obligatorio a todos los cítricos procedentes de países de riesgo.
- Aplicación efectiva del principio de precaución fitosanitaria de la UE.
Desde el punto de vista de los productores, sólo con una actitud firme por parte de la Comisión Europea se podrá impedir que la mancha negra afecte a los naranjales valencianos. Permitir la entrada de fruta contaminada atenta directamente contra el modelo europeo de agricultura sostenible, segura y de calidad.
La posición de la Unión Europea
Hasta ahora, la UE ha reaccionado con lentitud ante las repetidas advertencias. El sistema de alerta rápida ha sido fundamental para detectar lotes contaminados, pero se queda corto si no se acompaña de sanciones efectivas o prohibiciones temporales. Desde Bruselas se justifican retardos en decisiones basadas en análisis técnicos y consensos diplomáticos, aun cuando la evidencia señala una falta de control sistemática en Sudáfrica.
No es la primera vez que organizaciones agrarias critican la tibieza de la reacción comunitaria. En años anteriores se ha señalado a la Comisión Europea de anteponer los intereses comerciales al bienestar del campo europeo.
Un futuro incierto: el campo valenciano exige protección real
Con cada nueva campaña sudafricana, los productores valencianos sienten que su sustento está en juego. La citricultura de la Comunitat Valenciana no solo representa una fuente económica esencial, sino también un patrimonio agrícola y cultural. La convivencia con importaciones contaminadas resulta, literalmente, intolerable.
Organizaciones como La Unió y AVA-ASAJA seguirán luchando en las instituciones y medios de comunicación para exigir un modelo de comercio justo, donde no se sacrifique la seguridad fitosanitaria a costa de intereses económicos cortoplacistas.