El sorprendente hallazgo movilizó a la Policía Local y los bomberos, que necesitaron casi dos horas para rescatar al animal sin causarle daños. La serpiente, de la especie bastarda, había encontrado refugio entre las piezas del vehículo estacionado en un garaje privado.
Un vecino descubre el inesperado huésped en su garaje
No todos los días uno abre el capó del coche y se encuentra con una culebra de tres metros. Pero eso es justo lo que le ocurrió a un vecino de la calle Botánico de València, quien a media tarde del sábado notó algo extraño en su vehículo. Tras un primer vistazo al compartimento del motor, no dudó en llamar al 092. “Hay una serpiente en mi coche”, fue su escueta pero contundente llamada de emergencia.
Hasta el garaje privado acudieron patrullas de la Policía Local, entre ellas la Unidad Medioambiental (UMA) y agentes del distrito de Patraix. Lo que descubrieron dejó a todos con la boca abierta: una culebra bastarda —también conocida como culebra de Montpellier— de tamaño excepcional se había introducido entre los recovecos del motor del vehículo, probablemente buscando refugio o calor.
Intervención compleja: dos horas para rescatar a la culebra
Lo que en principio parecía una actuación rápida se convirtió en un trabajo minucioso y delicado. La serpiente se desplazaba ágilmente entre los componentes del coche, haciendo casi imposible su extracción sin desmontar partes importantes del motor.
Ante la dificultad, los agentes solicitaron refuerzos a los bomberos, que acudieron con herramientas específicas. Durante casi dos horas, en una operación que atrajo la atención de los vecinos del barrio, los profesionales trabajaron para liberar al animal sin dañarlo ni causar desperfectos graves en el vehículo.
Finalmente, localizaron a la culebra enroscada tras una de las ópticas delanteras, un lugar cálido y oculto que le sirvió de escondite temporal.
Una especie común pero imponente
La culebra bastarda no es una desconocida en la geografía valenciana. Se trata de la serpiente más grande de la península ibérica y una de las más largas de Europa, pudiendo alcanzar los tres metros de longitud en ejemplares adultos como el hallado este sábado.
Aunque su tamaño y aspecto intimidan, no es una serpiente peligrosa para los humanos. Posee un veneno leve que solo resulta efectivo con presas pequeñas y su mordedura, si bien puede causar molestias, no representa una amenaza seria para las personas.
Los expertos indican que estos reptiles suelen habitar en áreas rurales, campos de cultivo, barrancos y zonas forestales. Sin embargo, con el aumento de las temperaturas y la reducción de sus hábitats, cada vez es más frecuente que aparezcan en entornos urbanos, especialmente en primavera y verano.
Una lección de convivencia con la fauna urbana
Este tipo de episodios, aunque poco habituales, recuerdan que València convive con una fauna rica y variada, y que incluso en pleno centro de la ciudad pueden darse situaciones propias del medio natural. Animales como erizos, murciélagos, aves rapaces y, como en este caso, serpientes, encuentran en la ciudad resquicios donde refugiarse.
Por ello, las autoridades recomiendan mantener la calma ante estos encuentros, evitar manipular a los animales por cuenta propia y avisar siempre a los servicios de emergencia. La Unidad Medioambiental de la Policía Local está preparada para actuar con rapidez y garantizar tanto la seguridad de los ciudadanos como la del animal.
¿Cómo pudo llegar hasta allí?
Una de las hipótesis es que la culebra se introdujo en el motor en otra ubicación, quizás en las afueras de la ciudad o tras una excursión del vehículo por zonas rurales, y que luego permaneció oculta hasta que el coche volvió a arrancarse. El calor del motor encendido, unido al refugio que suponen los compartimentos mecánicos, convierten a estos espacios en escondites improvisados para algunos reptiles.
Aunque no se trata de una situación frecuente, es recomendable revisar el coche si se ha estado en el campo o en zonas de monte, especialmente durante los meses cálidos.
Conclusión: entre el susto y la anécdota, una intervención ejemplar
La aparición de una culebra de tres metros en el motor de un coche no solo ha generado un revuelo vecinal, sino que ha puesto de relieve la profesionalidad de los equipos de emergencia de València. Gracias a su intervención, el animal fue rescatado con éxito y reubicado en un entorno adecuado.
Para el propietario del vehículo, sin duda será una historia que recordará durante mucho tiempo. Para el resto de la ciudad, una llamada de atención sobre la importancia de respetar la vida salvaje que, de vez en cuando, también se cuela entre el asfalto y el hormigón.